El Plan Envión está destinado a adolescentes de entre 12 y 21 años que se encuentren en situación de vulnerabilidad social. El equipo de trabajo funciona bajo la órbita de la Secretaría de Promoción Social, a cargo de Nora Calderone; y está integrado por las docentes Tatiana Samaniego y Julieta Puerta, las asistentes sociales Micaela Carretero, Lorena Córdoba, y personal auxiliar.
En dicho programa se trabaja en dependencias del Centro Integrador Comunitario (CIC) de Barrio Progreso, cada niño y adolescente es recibido teniendo como premisa “estrategias que permitan buscar la inclusión, aportar contención, acompañamiento y, desde la posibilidad de aprender oficios, fortalecer la autoestima en un contexto de igualdad de oportunidades”.
En años anteriores trabajaron con talleres para aprender oficios como cocina, carpintería y artesanías. En este 2020, con la irrupción de la pandemia, lo que se está haciendo desde hace unos meses es armar grupos reducidos citándolos en días y horarios específicos. Para esto se elaboró un protocolo de prevención y cuidado que se cumple estrictamente.
Las actividades que están desarrollando en estas semanas apuntan al armado de ajuares para entregar a familias del barrio, de los propios concurrentes o de quienes ellos se enteren que los necesitan. Y también están atentos a pedidos desde el área de maternidad del Hospital Municipal.
Para lograr armar estos ajuares, solicitan por las redes sociales la donación de ropita de bebe que ellos luego separan, lavan y acondicionan. Luego preparan las cajitas donde colocan la ropa y demás elementos que hayan conseguido.
Y desde el sector donde aprendían carpintería, están acopiando material a los fines de construir macetas. Con esta actividad se están organizando para ofrecerlas a la venta una vez que acumulen unas cuantas a través de las redes sociales.
Con el tema de las macetas cuentan con el antecedente del 8 de marzo último cuando en ocasión del Día de la Mujer recorrieron el centro de la ciudad obsequiándolas a las vecinas que circulaban por la Plaza San Martin o se encontraban en las confiterías de la zona.
Otro punto a resaltar es el apoyo que brindan para cumplir con las tareas escolares en este contexto donde todo es virtual y en algunos hogares no se cuenta con la posibilidad de acceder debidamente a todos los sistemas de conectividad. Entonces, en las dependencias del CIC se les brinda la posibilidad de descargar las actividades, imprimirlas o buscar información en internet. Esto se complementa con asistencia específica en determinadas materias cuando así se percibe que resulta necesario.
Toda esta presencialidad se organiza teniendo en cuenta las edades que, como recordamos, van de 12 a 21 años. Y, cuando hay hermanos, se busca que puedan socializar con otros jóvenes y entonces los hacen concurrir en diferentes días. En estos tiempos se están manejando con los siguientes horarios: lunes, martes y jueves de 15 a 17 horas. El día previo en grupos de whastsap les recuerdan quienes tienen que asistir.
Cuando la situación lo exige buscan la manera de flexibilizar la atención, ofreciendo otros horarios para atender otras cuestiones, escuchándolos principalmente, ya que a veces necesitan solamente hablar y que los contengan. Se les consigue asistencia psicológica como también turnos para consultas médicas. Y por estos tiempos también se está asistiendo a las familias con bolsones de mercaderías.
Las profesionales que integran el equipo de trabajo coinciden en destacar las ganas de asistir que demuestran los chicos, y lamentan que la actual pandemia no permita un pleno funcionamiento de un espacio donde han logrado que estos jóvenes se sientan cómodos, recibiendo afecto como en una familia.