Además, el consumo por habitante duplica lo aconsejable: 650 litros diarios por persona en lugar de 300. Gracias a la automatización de pozos, reparación del tanque y otras mejoras, es que se puede dar respuesta a semejante demanda.
Los parámetros internacionales indican que en promedio se deben consumir entre 250 y 300 litros de agua por día y por persona, pero, a pesar de esto, en Rojas se registra un consumo de 650 litros. Desde la Dirección de Obras y Servicios Sanitarios remarcaron la necesidad de la importancia de tomar conciencia de que el agua hay que cuidarla.
Pero una de las principales problemáticas a nivel local, además de la mencionada, tiene que ver con que el nivel de cobrabilidad de la tasa es muy bajo. Tal es así que no llega ni al 50%; es más, el número oscila entre un 30 y 35%. Es decir que el 65% de la población no paga el agua que consume, a pesar que el 90% de los hogares tienen medidores.
Más allá de esto, el municipio ha realizado importantes inversiones en materia de modernización para poder abastecer la demanda: se reparó por completo el tanque, se automatizaron los pozos, se adquirieron nuevas herramientas y hasta se puso en funcionamiento, luego de años, a la planta depuradora. Todo esto hizo, y hace, que se pueda dar respuesta al insólito consumo desmedido que hay en la localidad.
Los cálculos respecto del consumo generaron estado de alarma, dado que es muy elevado en comparación no solo con los parámetros internacionales sino también, y sin ir más lejos, con la vecina ciudad de pergamino. “Es bastante inusual esa cantidad de litros en ciudades como Rojas. Acá tenemos un 90% del sistema medido; esto quiere decir que el usuario paga lo que gasta. Pero ocurrió que detectamos que el índice de cobrabilidad es muy bajo: tan solo del 35%. Entonces notamos que hay una cultura del no pago”, dijo Daniel Sartori, asesor en el área de Obras Sanitarias.
“Gracias a Dios no tenemos problemas y no falta el agua, pero tenemos trabajando el sistema a full, con todas las renovaciones que se realizaron el año pasado recuperamos la capacidad de trabajo del tanque distribuidor”, añadió el asesor recordando que en abril de 2017 fue presentado de manera oficial el sistema de automatización, toda una novedad en Rojas.
Esa obra, sumada a la puesta a punto del tanque de agua, permitió comenzar a tener un control centralizado de los distintos parámetros de abastecimiento en el servicio de agua potable, además sirve para optimizar el uso de energía, el recurso humano, evitar los derroches, mejorar la calidad del servicio y proteger las napas.
Ahora resta que cada uno de los rojenses tome conciencia en que hay que cuidar el consumo de agua, pero también pagar la tasa, sino se produce un desfasaje donde el 65% de las tasas no abonadas lo terminan “pagando” otros vecinos. No de manera directa, pero sí dando lugar a que quien no paga tenga la misma calidad del servicio del que no lo hace.